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Caricias para un mundo más amable

Amo el poder transformador de un gesto como puede serlo una mirada, palabra o roce hecho desde la ternura desencadenando el poder sanador de una caricia.

Tengo la suerte de poder comprobarlo cada día, a través del encuentro con cada persona a la que tengo la suerte de conocer. Para ello cultivo la presencia y permanezco atenta a cómo es el modo de tratarse. Solo desde ahí podemos promover el “darnos cuenta“ y poner conciencia para poder elegir hacer algo diferente si es que lo que estamos haciendo no nos satisface. Flexibilizar el cómo nos tratamos y ampliar el autoconcepto son pilares fundamentales para el crecimiento personal.

La importancia de las caricias

En mi trabajo como psicoteraputa cuando me preguntan qué es lo que ayuda contesto plenamente convencida de ello: Amar nos cura.

Amar es para mí promover un espacio de acogida, donde sorprendernos con quien aparece, donde escuchamos, miramos y tocamos al otro con todo nuestro respeto y cuidado, permaneciendo sensibles al sentimiento humano que esto suscita. Diciendo sí a lo que acontece, en una actitud esponjosa para nutrirnos ambos y poder crecer. Es ahí donde aparece la magia, la confianza para aceptarnos, para dar ese pasito al vacío sintiendo que el suelo aparecerá bajo nuestros pies. Así entiendo yo la caricia emocional.

Cuando acariciamos no solo tocamos la piel, tocamos el corazón, lo más profundo de las personas.

– Rolando Toro.

Y… ¿Qué pasa con las caricias físicas?

Jules Henry, que estudió a los niños Kaingang de las montañas de Brasil, dijo: “yacen como gatos, disfrutando de las caricias de los adultos”. Cuando crecen, a los hombres jóvenes les encanta estar juntos, acariciándose, en grupos de tres o cuatro por el simple placer de las caricias, más allá de su orientación sexual. De este modo suavizan las diferencias que surgen entre ellos y el conflicto violento sólo se da entre hombres que no compartieron caricias.

En las culturas donde la experiencia táctil es elevada, la agresión adulta es baja y viceversa. Datos que deberían poner el foco en la necesidad de potenciar este maravilloso poder que poseemos.

Con Tacto

Empecemos por atendernos a nosotros mismos ¿Cómo nos estamos tratando? ¿Qué me digo cuando me miro? ¿Acaricio mi piel o simplemente permanece a la espera de ser tocada, si es que esto ocurre?.

Se le llama a la piel “la madre de los sentidos” es el órgano más grande receptor de placer, el primero que aparece…y sin embargo ¿Lo cuidamos y potenciamos? ¿Restringimos las caricias sólo al ámbito de la pareja? ¿Nos da miedo acariciar a alguien o que nos acaricien porque ello implica una intencionalidad?

Obviamente la cultura y la relación que se establece del tocar con lo sexual tiene mucho que ver, pero somos parte de esa cultura y también podemos implicarnos por cambiar.

¿Qué pasa si nos atrevemos a hacerlo explorando el “no saber qué pasará” y simplemente respirando este aquí y ahora libre de pre-juicio? ¿De qué me doy cuenta?

Yo personalmente, me hago consciente de que puedo amar lo que es, lo que hay en ese instante…¿existe algo más?

El contacto físico no es sólo agradable, sino también necesario para nuestro bienestar psicológico, emocional y corporal, ya que acrecienta la alegría y la salud del individuo y de la sociedad. El abrazo es una forma muy especial de tocar, que hace que uno se acepte mejor a sí mismo y se sienta mejor aceptado por los demás.

– Kathleen Keating

Contacto

¿Cómo contactamos con nosotros mismos y los demás? ¿Nos damos el espacio necesario para escucharnos y fomentar un espacio de encuentro real con el otro? ¿Fomentamos una comunicación genuina? ¿Hablamos desde el cómo nos sentimos en lugar del “tú eres” o “me haces”?

Contactos

Somos seres sociables y necesitamos de los demás para sobrevivir. Por ello la calidad de nuestros contactos va a ser imprescindible para nutrirnos de un modo sano. A la hora de elegir con quién nos relacionamos va a depender en gran medida de si nos conocemos a nosotros mismos, desde ahí podemos escucharnos para saber qué es lo que realmente nos nutre realizando una elección más consciente.

En realidad, de lo que estoy hablando es de la relación que mantenemos con nosotros mismos y con los demás para promover aquello que deseamos encontrar. Ojalá nos animemos a “Ser el cambio que queremos ver en el mundo” como decía Gandhi.

Si me conozco y me trato de un modo sano, también lo fomento con los demás y desde ese lugar desencadenamos un mundo más amable, susceptible de ser amado.

Mirar con Tacto

Esta ha sido la base del trabajo realizado desde el enfoque de la Terapia Gestalt en Ara Psicólogos junto a mi compañero Jose Bravo en nuestro taller: “Mirar con Tacto” .

Desde el principio tuvimos claro que sería un grupo reducido para poder ofrecer el mimo y atención necesario y así también poderlo disfrutar nosotros.

El trabajo lo iniciamos contactando con nuestro interior a través de la mirada y el tacto, para ir relacionándolo con el otro, en parejas, y posteriormente con el resto/mundo.

Ha sido una experiencia llena de amor, aprendizaje y conexión a través de las caricias emocionales y físicas que como hemos comprobado son imprescindibles para vivir.

Aprovecho para agradecer de nuevo a los participantes su confianza en nuestra propuesta, su respeto, honestidad y apertura para mostrar con tanta belleza su Ser.

Ha sido un verdadero regalo.

Hasta el próximo 😉